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golpes bajos

... y los cielos se abrieron, y se confundieron todas mis nociones sobre el bien y el mal y la existencia de Dios.

Y los cielos se abrieron, y descendió de entre ellos un santo, el Maestro del Arte de la Grulla.

Yo, pagano confeso e irredento, desde hoy creo en Dios y en todos los Santos. La diferencia entre ayer y cualquier otro día es que cualquier otro día Italia te mata de un sólo golpe, en la única jugada que hace en todo el partido. Salvo mediación divina -o intercesión de un Santo. Después de eso, todo estaba hecho, todo era posible, el milagro se consumaba. Hemos pasado de cuartos. Alabado seas, Señor. El jueves, a Colón, a perder dulce y gloriosamente o, tal vez, sólo tal vez, no.

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