El Morador en el Umbral
MINA: I've wanted this to happen. I know that now. I want to
be with you always.
VLAD: You cannot know what you are saying.
MINA: Yes, I do. I feared I would never feel your touch again.
I thought you were dead.
VLAD: There is no life in this body.
MINA: But you live! You live! What are you? I must know!
You must tell me!
VLAD: I am nothing, lifeless, soulless, hated and feared. I
am dead to all the world...hear me! I am the monster the
breathing men would kill. I am Dracula.
La Diosa Fortuna me ha reservado un singular papel en esta tragicomedia suya que es la existencia: soy el puñado de guijarros arrojado al estanque. Ni siquiera me ha dejado un pequeño pero digno papel de canto rodado, no; soy el puñado de guijarros.
Cualquier piedra puede ser arrojada a un estanque en calma y, según su forma y cómo haya sido lanzada, podrá rebotar varias veces en un alegre baile sobre la superficie, o hundirse tranquila y plácidamente en el agua. En cualquier caso, la irrupción en escena de la piedra produce en el estanque una serie de ondas que, conforme propagan la noticia del impacto, hacen aparecer en la superficie del agua formas más o menos graciosas.
Un puñado de guijarros, en cambio, sólo produce caos, desorden, desconcierto. Un puñado de guijarros, una vez arrojado, golpea indefectible el agua, ignorante tal vez de su páthos, de su sino, pero no por ello menos devastador.
Hay días en los que siento que he sido traído al mundo como una fuerza destructora, como un elefante a una cacharrería. Lo peor es que la mayoría de las veces sólo soy consciente de ello a posteriori. Mientras desempeño mi papel, permanezco, como el elefante, en el dulce sueño de la ignorancia, y sólo acabada la función soy consciente de mi propia torpeza.
2 comentarios
Doctor Strangelove -
Lo que nunca he tenido claro es que sólo seas consciente de tu torpeza cuando haya acabado la función...
La U -