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golpes bajos

Y aún a ratos ya ves

Otro viernes tonto:

Todo esto viene por una entrevista que me ha pasado un colega. A Loquillo y Sabino... del Fede. Vivir para ver. Y ojo, que la entrevista está bien, es agradable; ya podría el hombre dedicarse a estos menesteres... El caso es que me he pasado la tarde, entre make y make, escuchando viejas canciones, de trogloditas.

El otro día me contó un amigo una historia troglodítica -bueno, más bien me la explicó bien, porque contármela me la habían contado unas semanas antes. Una historia de un tío mandándole flores a una chica a los pocos días de conocerla, de conocerla en plan close encounter quizir. La parte que yo no había entendido es que la idea del envío era algo así como "doce días, doce rosas". Cuando me lo contó me hizo gracia, me recordó a los "doce meses, doce causas" de la cadena amiga. El caso es que debería haberme recordado a otra cosa. Eso es lo peor: no el escuchar una historia así y no reconocerse, no verse teniendo ese impulso en una situación similar; no, lo peor es escucharla como escucha uno cuando le cuentan el argumento de una peli de estreno, como algo que no va con él. La gente debería guardar mejor sus tesoros.

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