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golpes bajos

Exilio

Exilio

Cada noche, cuando tu voz se pierde y cuelgo el teléfono, me invade una tremenda sensación de vacío. Quiero estar contigo. Quiero estrecharte entre mis brazos y fundirme contigo en un abrazo eterno. Quiero recorrer tu cuerpo dulce, cubriéndolo de besos. Quiero sostener tus mejillas y mirarte a los ojos, y en esa mirada decirte todo aquello que las palabras son demasiado pobres para decir.

Cada día, cada segundo sin tí es una pequeña tortura. Una lucha por dominar la lacerante tentación de dejarlo todo atrás, cruzar el océano que nos separa y poner fin a este destierro cruel.

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