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golpes bajos

Va de cine

Spartacus (revisited)

El otro día andaba yo buscando esto por youtube:

y me encontré con esta joyita:

¿Por qué elegir, pudiendo quedarse con las dos? También me gusta la versión de Bill Evans.

Ya hablé de esta peli aquí, hace un millón de años. Todavía no andaba yo mucho en youtube, supongo que por eso no colgué la escena que quería, que es ésta:

Ahora, sin embargo, me quedaría con esta otra:

Nobleza encadenada. ¡Qué grande es el cine -cuando es bueno-, oiga! Ya lo decían en mi pueblo, que es difícil hacer una peli mala con una buena historia y un buen guión. Cuando vemos esta escena, los frikis como yo también nos levantamos del sillón y gritamos "I, too, am Spartacus!".

(Al pensar en esa escena, no he podido evitar acordarme de otra de otro famoso peplum:

"Hey, I’m Brian, too!")

Walk this world

Butterfly mornings

Ahora que parece que el western está de moda, la recomendación de la semana es La balada de Cable Hogue, deliciosa película de Sam Peckinpah.

Ovejas mecánicas en decorados de My Fair Lady

Anoche estuve en el Kinépolis viendo el enésimo montaje de Blade Runner, pero esta vez en edición digital remasterizada, en pantalla grande grande y con un sonido bueno bueno. No hay grandes novedades, de hecho no hay ninguna más allá del lavado de cara; sigue siendo sublime, a pesar de la puta escenita del unicornio y el final sin las tomas de El Resplandor, que me siguen pareciendo excesos del director y que, afortunadamente, no pasaron en su día el corte de la productora. Lo del sí o no a la voz en off de Deckard, que sólo aparece en la versión original, no lo puedo juzgar, y es que, oída una vez, ya no se le pueden hacer oídos sordos a la hora de entender al personaje. Un tal Pedro, que no había visto la original, me decía que la cosa no cambiaba mucho. Pero lo de los arbolitos del final... una pena. Dicen que en el DVD vendrán todas las versiones, en plan elige tu propia aventura. Habrá que comprárselo.

Pero no es lo mismo que en el cine. Si no habéis ido, mañana es vuestra última oportunidad. Puede que me veáis por allí otra vez.

Algunos momentos de oro:

-The light that burns twice as bright burns half as long. And you have burned so very very brightly, Roy. Look at you. You're the prodigal son.

-I've seen things you people wouldn't believe. Attack ships on fire off the shoulder of Orion. I watched C-beams glitter in the darkness at Tannhäuser Gate. All those moments will be lost in time like tears in rain. Time to die.

-You've done a man's job, sir. I guess you're through, huh?

-Finished.

-It's too bad she won't live. But then again, who does?

... y si no lo has entendido, tal vez deberías hacerte un Voigt-Kampf

Semana Santa y programación

Semana Santa y programación

Vuelve la semana santa. Y vuelven con ella, como todos los años, un racimo de películas que ya peinan canas y que se agrupan todas en un género que podríamos llamar peplum pascual. Son pelis de romanos en las que el tema de los protocristianos aparece de alguna u otra forma. Ben Hur, Quo Vadis, La Túnica Sagrada, o Barrabás, son buenos ejemplos de este género, que puede llegar a conseguir que algunos le cojamos a la Semana Santa el mismo asco que ya le tenemos a la Navidad. Ya podían poner La Vida de Brian, o La Última Tentación.

Por si no fuera suficiente con las de siempre, aprovechando la ocasión nos endiñan una buena dosis de telefilmes basura de serie B, o C, o D, que repiten la temática de las clásicas. El fin de semana pasado cayeron por lo menos un Jesús y un Moisés. Como los teleflines de familias yankis desestructuradas, pero varios milenios antes, que tanto en el caso de Jesús como en el de Moisés se trata de familias, como poco, desestructuradas.

Pero no todo iba a ser malo: los programadores hacen penitencia y se redimen con otra peli. Cuelan entre los bodrios de larga duración una gran joya del cine (también de larga duración): Espartaco. Es curioso que ésta caiga en el saco de las otras, cuando no aparece en ella Cristo por ningún lado. Me la veo todas las Semanas Santas. Un canto al amor y a la libertad, escrito por un Dalton Trumbo en la semiclandestinidad. Me gusta especialmente la partitura, de Alex North. De escenas, si me dan a elegir me quedo con la del beso en escorzo.