Blogia
golpes bajos

círculos

Plantar un árbol, tener un hijo. O dicho de otra forma: hacer algo útil, dejar huella. Siempre he creído que la vida consistía en eso. Pamplinas, nada más que migajas. Cuando un fuego abrasador te rapta, te eleva y hace palpitar todo tu cuerpo, todas esas cosas pierden de pronto su sentido. Toda una vida no vale nada comparada con tenerte un segundo entre mis brazos, con hundirme en tus ojos por un instante fugaz y eterno. Gracias por hacerme sentir tan intensamente vivo.

Es curioso. Ya lo había olvidado, pero ahora que repaso viejos papeles perdidos (I, II, III, IV, V, VI, VII) me doy cuenta: a lo largo de los años, he escrito tantas veces tu nombre dentro...

0 comentarios